Por Irene Ruiz
La aparición de caries dental en los niños es considerada un problema en la salud oral, especialmente por tener un alto índice de prevalencia. Los odontopediatras estamos observando que día tras día, acuden a nuestras consultas más niños con caries, más niños con más de una caries y en estadíos avanzados y niños cada vez de más corta edad con la denominada “caries temprana de la infancia”, antiguamente conocida como “caries del biberón” o “caries rampante”.
A pesar de que la caries constituye la enfermedad crónica infantil más común a nivel mundial, continúa sorprendiendo la frecuencia con la que se oyen preguntas o expresiones tales como “no importa que salgan caries en los dientes de leche” o “¿las caries en los dientes de leche se tratan?, si luego se caerán y saldrán los definitivos, ¿para qué?»
Los dientes de leche, también denominados como dentición temporal o dientes decíduos, comienzan a aparecer alrededor de los seis meses y a partir de los seis años el niño empieza a hacer el recambio y generalmente a los 12 años es cuando se produce la caída de las últimas piezas temporales, aunque cada niño lleva un ritmo diferente. Durante todos estos años, los dientes de leche deben permanecer en buen estado, no sólo para que el bebé o niño pueda sonreír, sino también por muchos otros motivos:
• Los dientes temporales “guardan el espacio” a los dientes permanentes que se encuentran debajo de la encía. Cuando un niño pierde un diente temporal demasiado pronto, los demás dientes pueden moverse hacia el espacio vacío que ha dejado y hacer difícil que otros dientes definitivos encuentren sitio para salir. Esto puede causar que se tuerzan o apilen los dientes, incluso que no puedan salir.
• Las raíces de los dientes de leche se reabsorben y el cuerpo reutiliza estos mismos minerales para terminar de mineralizar los dientes permanentes. Si los dientes de leche están ausentes se dificulta este proceso fisiológico.
• Los dientes decíduos cumplen una función imprescindible dentro de la fonación, permitiendo al niño pronunciar correctamente cada sonido mientras aprende a hablar.
• La dentición primaria tiene también un papel fundamental para el corte, triturado, masticación e inicio de la digestión de los alimentos.
• La presencia de los dientes temporales en boca favorece el correcto desarrollo de las estructuras maxilofaciales, tanto a nivel óseo como muscular. Al contrario, la ausencia de éstos puede dificultarlo.
• La presencia de caries en los dientes temporales aumenta la probabilidad de que se desarrollen caries también en la dentición permanente. Además, si un diente primario tiene caries y llega a afectarse la pulpa, puede verse afectado también su sucesor permanente (infección- flemón).
¿Cúales son los tratamientos para mantener la dentición temporal?
El tratamiento en los dientes de leche es similar al de la dentición definitiva, ambos dependen del grado de severidad de la caries. Cuando la caries en un diente se ha extendido hasta llegar a la pulpa, es decir, el tejido formado por el nervio y los vasos sanguíneos, hay dos tipos de tratamientos posibles:
– Pulpotomía: tratamiento en el que se limpia sólo la parte de la pulpa que se encuentra en la corona del diente, sin tocar la de las raíces.
– Pulpectomía: cuando la caries y, por lo tanto las bacterias, se han extendido a la pulpa radicular, es necesario eliminar la pulpa dentaria tanto de la corona como de las raíces. En este caso, el niño puede haber presentado, previamente, signos como abscesos (flemones) o fístulas.
Para determinar el tipo de tratamiento necesario en cada caso, es necesario una radiografía de diagnóstico y los dos se realizan usando anestesia.
Con ambos tratamientos, la finalidad es mantener el diente de leche en la boca del niño hasta que llegue la edad de ser recambiado, en la que este se caerá de forma natural dejando que el diente definitivo salga en su lugar.
La pulpectomía, siempre que sea diagnosticada previamente por un odontopediatra, sería el tratamiento recomendado frente a la realización de la extracción y, como consecuencia, colocación de un mantenedor de espacio para evitar que los dientes vecinos cierren el espacio del diente ausente.